Ocurrió la noche del viernes, pasada la 1 de la mañana. Entre unas 25.000 personas Edisson Boudiwan esperaba para ver a Snoop Dogg, el último set de la primera fecha del Personal Fest. Edisson, como la multitud, llevaba cerca de una hora esperando el concierto del rapper desde el fin de Cypress Hill. La larga espera se vivió en absoluta calma.
De repente, un incidente se convirtió inmediatamente en una estampida de gente que involucró a buena parte de los que esperaban frente al escenario principal. Desde el centro de la masa que aguardaba por Snoop, la gente se desparramó en corridas y caídas. Los que eseraban sentados llevaron, sorprendidos, la peor parte. ¿Qué había pasado?, ¿qué motivó las corridas?, eran las preguntas recurrentes. A unos veinte metros del escenario, a la izquierda del mangrullo, lo que pareció una gresca motivó esas dos olas de avalancha que repercutieron tanto en el VIP como en el corralito ubicado frente al escenario generando una sensación de pánico y corridas que llevaron a mucha gente fuera del predio, hacia Avenida del Libertador.
Edisson fue parte del incidente y llevó la peor parte. Es un joven de 23 años de edad que vive en Boedo, nació en el Líbano y vino a la Argentina (el país de su madre) hace seis años, y es conocido en la escena hip hop como MC Edisson, un MC que rapea en español, árabe, francés e inglés. Estaba acompañado por su amigo El Misionero, otro conocido de la escena, de 24 años y finalista de la Batalla de los Gallos de Red Bull y Campeón de Titanes del MC, el concurso del programa radial de Juan Di Natale, Day Tripper.
El propio Edisson, ya recuperado pero aún débil, desde su cama, da su versión del hecho: “Yo estaba con seis amigos, gritando para que salga Snoop. Como hablo bien en inglés, yo le gritaba ‘Yo’ my man, whaz up nigga, c’mon what the fuck, get out!’, y la gente se reía y me imitaba”, sigue Edisson. “En cierto momento se arma un pogo, no violento, sino más bien divertido, y sin querer el Misionero empujó a un pibe”. Edisson se detiene. Y detalla: “Esa persona se da vuelta y le dice al Misionero: ‘Si me tocás de nuevo te mato. Porteño culeao, me tienen harto’. El Misionero le pidió disculpas pero el otro siguió amenazandolo, entonces él le dijo ‘Cortala. Yo soy misionero’. Ahí nomás el otro sacó una punta larga, de unos ocho o diez centímetros, que parecía un destornillador y le tiró a Darío, pero le dio en el cinturón. Lo lastimó apenas pero como vi que sangraba, me acerco y le digo ‘Hermano, ¿qué te pasa, por qué le hiciste eso?’, él me miró, me dijo ‘¿Vos querés también?’ y ahí me la clavó a mí”.
Por su parte el testimonio del Misionero, radicado como denuncia en la Comisaría 35º (la causa pertenece a la fiscalía de Saavedra-Núñez), aporta que la reacción de alguien que los atacó -“un pibe común y corriente, de acento cordobés, cero onda rapero”- sucedió de manera repentina tras unos empujones y unos forcejeos cerca del escenario y por un espacio en el campo, del lado izquierdo del mangrullo con la consola de sonido.
Eso dio lugar a dos avalanchas sucesivas de público, que comenzó a correr, algunos asustados por el incidente, muchos más contagiados por las corridas. En ese preciso instante, finalmente, Snoop salió a escena.
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